Las chicas de Boca Juniors son las que más títulos tienen en Argentina. En un espacio que pareciera ser absolutamente de hombres, se ponen la camiseta, entrenan con ellos y pelean por la profesionalización de este deporte en versión femenina. por Gabriela Bressan Camps
Las Gladiadoras, como se conoce a las chicas del equipo de fútbol femenino de Boca Juniors, tienen más de 20 campeonatos ganados en torneos AFA. Se reparten entre el estudio, el trabajo y el fútbol, pero dejan todo cada partido. “Sin duda, somos las mejores de Argentina”, dice una orgullosa Marcela Lesich, la responsable de dirigir técnicamente al grupo de 25 mujeres que tienen la posibilidad de probar su juego en uno de los equipos más grandes del país.
“La idea es que puedan rotar; que todas tengan la posibilidad de sentir lo que es ponerse la camiseta y entrar a la cancha”, explica Lesich a Entremujeres. “Jugar en Boca es sólo para aquellas personas que tienen mucho carácter e imponen su juego con personalidad, más allá del miedo y de lo que digan los de afuera”. Por eso, ser “gladiadora” es mucho más que ser una buena jugadora de fútbol, es “hacer un juego vistoso y con talento”, representando al club en cada movimiento. Si bien las chicas tienen personalidades y estilos de vida diferentes, a la hora de salir a la cancha predomina la buena química y juegan como un equipo consolidado, unido por el amor a la camiseta.
La pelota, cosa de mujeres
El fútbol femenino es un ambiente muy chico donde todas se conocen. No hay tantos equipos y las jugadoras son buenas colegas: “Sabemos que quizás mañana nos toca jugar en el mismo equipo, por eso la relación es de compañerismo”. Con River, adversario por excelencia, hay una relación ambivalente: “Somos rivales en la chancha y compañeras afuera. Aunque parezca loco, es con uno de los equipos con los que mejor nos llevamos”.
Más allá de los recelos que pareciera generar el fútbol femenino, sobre todo en los ambientes masculinos, dentro del club hay gran aceptación sobre el tema. Para ejercitar, muchas veces juegan partidos amistosos con los varones de la octava división de Boca o con chicos de secundario. “Nos ayudan a entrenar, lo que nos sirve para ganar velocidad”, cuenta Lesich a Entremujeres.
Sin embargo, el fútbol masculino pareciera ser la estrella luminosa que obnubila a los espectadores: “Es tanto lo que rinde económicamente el fútbol masculino, que eso invisibiliza al femenino”. Quizás es por ello que las Gladiadoras normalmente juegan en la cancha de césped sintético del club, reservándose para el equipo de primera división masculina la cancha principal.
El partido fuera de la cancha
En la Argentina, el fútbol femenino no es un deporte profesional y las Gladiadoras -así como el resto de las jugadoras de los otros clubes- no reciben ninguna paga por su juego, todo lo contrario: son ellas las que invierten para llegar a los entrenamientos, viajar y participar de los distintos torneos. Todos sus logros son a costa del esfuerzo.
La mayoría de las chicas necesitan tener otra actividad que les genere ingresos para poder continuar con la actividad deportiva. Muchas de ellas son profesoras de educación física, empleadas, trabajadoras no docentes de la UBA y, una de ellas, albañil. El caso de Marcela Lesich es de los más llamativos: trabaja como taxista desde hace 20 años y ama tanto esa labor como ser directora técnica, pero aclara que intenta no mezclar los temas: “En el taxi no hablo de fútbol, no sabés quien puede subir”.
La situación de las Gladiadoras se modificó hace dos años, con la llegada de Jorge Anró a la Presidencia del equipo -que le dio nuevos aires al fútbol femenino del club- y del primer sponsor, lo que alivió notoriamente la situación económica de las jugadoras. Las seguridades con las que hoy cuenta el equipo se traducen en el desempeño dentro de la cancha.
Con solo 8 equipos participantes, en 1991 se jugó el primer Campeonato de Fútbol Femenino en Argentina. Hoy, luego de 22 años de aquel primer campeonato, son sólo 15 los equipos que disputan los torneos AFA. Esto abre el debate sobre las dificultades que atraviesa el fútbol femenino en nuestro país y su grado de legitimidad en la sociedad. En la charla con Entremujeres, la DT de las Gladiadoras sugería que “estaría bueno que el fútbol femenino se plantee como una disciplina más en los colegios primarios y secundarios”. Probablemente, empezar con las más chicas sea un buen comienzo para abrir nuevos espacios.
Por Gabriela Bressan Camps, licenciada en Comunicación Social.
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