Las estadísticas preocupantes sobre la deserción escolar se refieren a la educación media, tanto en el ciclo básico como en el orientado, que teóricamente abarca a alumnos de entre 13 y 17 años. En los tres primeros años de la escuela secundaria se matriculan 2.153.329 alumnos, pero luego no la completa el 10% de los inscriptos. En el ciclo orientado se matriculan 1.369.803 alumnos y la abandona el 20%. Estas cifras corresponden al año lectivo 2008-2009.
El abandono escolar, que luego se convierte en deserción, se origina en diversos factores de riesgo, propios del desertor y de su grupo familiar. Por ejemplo, cuando el alumno asume responsabilidades adultas precoces (menores que trabajan o que están al cuidado de sus hermanos, embarazos tempranos) o muestra conductas antisociales o poco compromiso con la escuela. La influencia familiar es negativa cuando muestra un nivel de conflictividad que afecta a los hijos o cuando la falta de recursos y el bajo nivel educativo de los padres se manifiestan en escaso apoyo a la actividad escolar del alumno. También inciden, aunque en menor medida, las huelgas docentes. De todos modos, el abandono es, por lo común, un paso que se viene anunciando por las condiciones de vida y conducta del estudiante.
La pregunta lógica que sigue es qué hacer para reducir los comportamientos que concluyen en deserción. Hay respuestas concretas de carácter particular y otras de alcance general. Las primeras se refieren a la consideración de los procesos que llevan individualmente a esa decisión, en relación con las escuelas donde se cursa y de acuerdo con la época del año lectivo. Las segundas conciernen a los determinantes familiares, allí donde sea posible intervenir para neutralizar las decisiones negativas en latencia y ayudando al alumno a superar una conducta equivocada y fomentando su sentido del compromiso y su autoestima. En este sentido es muy plausible el aporte de varias organizaciones, como la Fundación Cimientos, que trabaja en beneficio de 2750 alumnos pertenecientes a escuelas públicas de 16 provincias, con el fin de recuperarlos a la actividad regular para que se cumpla en ellos el principio de la igualdad de oportunidades educativas.
Miércoles 07 de agosto de 2013 -La Nacion
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